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Tratamientos para la artrosis de pie y tobillo

Los tratamiento para la artrosis de pie y tobillo han evolucionado de manera constante estos últimos años. Le explicamos en que consisten.

La artrosis en los pies o en los tobillos es una de las más dolorosas, ya que se trata de dos de las articulaciones que más peso soportan y las que utilizamos para movernos. Además, pueden ser de las artrosis más serias porque estas articulaciones tienden a perder el movimiento. Cerca del 70% de la población Española la sufre, pero se puede prevenir.

Cabe marcar la diferencia entre la artrosis del dedo pulgar del pie y del tobillo. El primero de los casos es más habitual. Los primeros síntomas que aparecen son el dolor en el dedo que, debido a la sobrecarga por el mal apoyo del pie, repercute en la aparición del dolor en el segundo dedo. Se producen dolores al andar o al apoyar el pie, los tendones se quedan rígidos, se limita el movimiento de la articulación y aparecen deformidades en los dedos. En la artrosis de Chopard o mediotarsiana, puede apacer un bulto que comprime los tendones y las partes blandas en el centro del pie.

En estos dos casos, lo primero que se aconseja para tratar de paliar el dolor es evitar un exceso de peso corporal, no andar por terrenos irregulares, seguir un tratamiento específico que prescriba un especialista y utilizar unas plantillas de descarga que sean a medida y que adapten bien el dedo al suelo para favorecer una marcha correcta.

En el caso del tobillo, es una artrosis menos frecuente que, en su mayoría, se da en pacientes que anteriormente han tenido lesiones de cartílago, torceduras o esguinces. Los síntomas también pasan por dolor al andar y porque se disminuye el movimiento del arco del tobillo.

En este caso las recomendaciones pasan por evitar deportes como el salto o correr, siendo más aconsejable la natación y la bicicleta; evitar en sobrepeso corporal, utilizar zapatos con suela de balancín, que ayudan a mejorar la movilidad del tobillo y a disminuir el dolor.

Los especialistas recomiendan llevar un tipo de tobillera que ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Una tobilleras que llevan incorporadas una tecnología de magnetoterapia.

Tratamientos para la artrosis de pie y tobillo.

Las infiltraciones de ácido hialurónico dan buenos resultados en la mayoría de los casos.

El tratamiento más novedoso, son las infiltraciones de Plasma Rico en Factores de Crecimiento que regeneran los tejidos dañados y  pueden  ” frenar ” el desgaste articular.

Cuano estos tratamientos no funcionan habría que recurir a la cirugía. Aquí también las técnicas han mejorado de manera notable. Hablamos por ejemplo de la cirugía de mínima incisión y la cirugía artroscopica. Estas técnicas favorecen una recuperación más rápida y un menor tiempo de hospitalización.

Laura Alonso.

El ácido hialurónico

El ácido hialurónico es un componente esencial del cartílago. Desde hace más de doce años se utiliza habitualmente en el tratamiento para la artrosis con muy buenos resultados.

El ácido hialurónico es un tratamiento que consiste en introducir e infiltrar un líquido que alivia el dolor y reduce la inflamación evitando el empeoramiento de la lesión. Normalmente, este tipo de infiltración se realiza para tratar la artrosis de rodilla, en la mano o en el dedo pulgar.

Uno de los principales beneficios del ácido hialurónico, es la de tener una gran capacidad para retener el líquido de nuestros cartílagos, evitando un desgaste prematuro para nuestras articulaciones .El principal objetivo es lubricar los líquidos sinoviales de las articulaciones y hacerlas más elásticas. Muchos de los pacientes que lo utilizan, presentar un grado muy importante (grado II o III) de artrosis.

Las jeringas que se utilizan están cargadas con el hialuronato sódico en concentraciones de 3 mililitros para articulaciones grandes, mientras que para las pequeñas, se emplean 1 o 2 mililitros.

A la hora de utilizar este tipo de tratamiento, hay que tener en cuenta que el efecto se produce en un largo plazo. La eficacia y la seguridad que produce el ácido hialurónico, mejora el dolor y es un método muy efectivo en pacientes con severa artrosis de rodilla, retrasando la implantación de una prótesis. La rodilla es la zona en la que más se emplea, aunque en estos últimos años, este tratamiento se ha ido extendiendo a partes del cuerpo como el tobillo, cadera, hombros o codo.

Se aplican cinco infiltraciones con intervalos de una semana repitiéndose cada año. Tras realizarse la infiltración, se debe guardar un reposo entre 24 y 48 horas. Con este tratamiento, la mejoría puede alargarse entre 8 y 12 meses. A la hora de introducir el ácido hialurónico en el cuerpo, hay que tener en cuenta una serie de precauciones, por ejemplo, que la piel no se encuentre ni inflamada ni infectada. Si existe algún tipo de herida en la piel en la zona donde se va a realizar la inyección, tampoco se puede infiltrar. El uso de guantes es imprescindible y es necesario que la infiltración se produzca dentro de la articulación, no de manera intravascular ni extravascular.

Ander González