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Artrosis de hombro

La artrosis de hombro es la degeneración de la articulación del hombro. Básicamente consiste en la pérdida del cartílago articular, la formación de osteofitos (picos de hueso) y la deformación de la articulación afectada. Su destrucción origina la aparición de dolor y en ocasiones la pérdida del movimiento normal de la articulación con dificultad para actividades diarias como peinarse, abrocharse el sujetador o coger objetos situados por encima de la cabeza.

En esta articulación la artrosis se produce en la mayoría de los casos como consecuencia de traumatismos previos, inestabilidad o rigidez del hombro, artropatía por lesiones del manguito rotador, y osteonecrosis o enfermedades reumáticas que deforman la articulación. Así, la causa más frecuente de la artrosis en esta zona del cuerpo es el traumatismo repetido, en la mayoría de los casos a causa de practicar deportes de contacto. Además, la progresión del desgaste es difícil de frenar, por eso a medida que se envejece la proporción de personas con artrosis de hombro aumenta.

Los pacientes normalmente llevan mucho tiempo con molestias o dolor cuando llegan al traumatólogo. En los primeros años el dolor es soportable, al no ser una articulación de carga se tolera mejor que la que afecta a la cadera o la rodilla, y la disminución del uso del brazo hace que sean menos manifiestos los síntomas. A la hora de empezar un tratamiento es importante determinar si existen actividades o posiciones del brazo que aumenten o disminuyan el cuadro doloroso. En los primeros estadios de la enfermedad el dolor puede calmarse con paracetamol o ibuprofeno.

Existen unas pautas y ejercicios simples especialmente recomendados para reducir los síntomas de artrosis de hombro, como aplicar calor en la zona, relajar los hombros tensionados completando los ejercicios de péndulo, mover los brazos con poleas, realizar estiramientos y ejercicios para fortalecerlos con poco peso.

Hay que tener en cuenta que la artrosis de hombro se puede prevenir, o al menos ralentizar su aparición, siendo conscientes de que esta parte del cuerpo es delicada, ya que es una zona que soporta mucha tensión, y por lo tanto debe estar fuerte, pero tiene un límite que no hay que traspasar. En general, exige modificar las actividades habituales, asociando reposo y rehabilitación; todo ello permitirá ganar potencia muscular y flexibilidad.

Alexis D. Vicente